El poder del “Por Qué”
Seguramente muchas veces te has descubierto hablando contigo mismo. Es normal, todos lo hacemos. Vamos por la vida preguntándonos “¿Por qué no me alcanza el tiempo?”, “¿Por qué mi madre no me entiende?”, “Por qué nadie reconoce el valor de mi trabajo?”, “¿Por qué tengo tantos kilos de más?”.
Tal vez sepas que la mente humana se parece a un iceberg. De un iceberg apenas vemos un 10% de su volumen y el resto permanece oculto bajo el agua. Nuestra mente consciente sólo regula un 10% de nuestros actos, actividades y decisiones, mientras que el otro 90% depende de la mente subconsciente.
De esta parte de nuestra mente dependen las actividades autónomas, como el palpitar del corazón, la respiración, el caminar o manejar un coche (sin tener que pensar cómo hacerlo), y también se ocupa de los hábitos y costumbres como tomar Coca-Cola de forma automática, reaccionar de una forma particular, levantarse a determinada hora, así como de nuestras “programaciones” conductuales.
El asunto que quiero puntualizar es que la forma en que nos hablamos influye en cómo nos desempeñamos durante el transcurso del día y en los resultados que obtenemos. Si tu te dices constantemente “qué quebrado estoy”, por ejemplo, la mente se encargará de que esa realidad se refuerce cada vez que lo dices, pues lo toma de forma literal, no analiza si es verdad o no.
Hagamos una pequeña prueba, en este momento escribe una pregunta como “por qué estoy tan atorado”, o cualquiera que te represente una frustración o anhelo no alcanzado. Ahora suspende la lectura de este artículo y anota las respuestas que este buscador mental (el google de tu cabeza) te de, toma tu tiempo…
Muy bien, ahora escribe esta pregunta “¿por qué soy tan feliz?” o “¿cómo puedo asegurarme de ir al gimnasio?, o cualquiera que represente algo que quieres lograr, como ya logrado en abundancia y anota las respuestas. Toma tu tiempo.
Excelente, ahora compara las respuestas y te darás cuenta que las respuestas a la primera pregunta son negativas, tal vez: porque soy un inútil, porque me da miedo intentarlo, porque no tengo dinero, etc. Estas respuestas negativas lo único que hacen es reforzar tu creencia de estar atorado.
Ahora nota que las respuestas a tu segunda pregunta son positivas, tal vez: porque estoy vivo, porque tengo un hijo maravilloso, por el sol es hermoso, porque tengo un trabajo que me gusta. De la misma forma, estas respuestas positivas refuerzan tu creencia de ser tan feliz.
Es decir, de la forma en que hacemos las preguntas obtenemos respuestas que nos afectan de forma positiva y propositiva o negativa y limitante. Mi pregunta es, ¿Cómo prefieres hablar contigo? Cuando yo cambié mi forma de hablar conmigo a positivo, mi vida empezó a cambiar de forma dramática, sobre todo cuando integraba a mi charla positiva mis sentimientos. Es entonces que le di espacio a un nuevo concepto: las Posiqués, es decir, los “por qués y cómos” positivos.
Te sugiero empieces a aplicar posiqués a todas las cosas que quieras lograr en tu vida y a qué descubras por ti mismo los maravillosos resultados de este cambio tan sencillo en tu forma de comunicarte contigo mismo. Y si deseas aprender un poco más, durante mi conferencia-taller “Magnetízate, para atraer la vida que queres vivir” hablo más ampliamente de este concepto que cambiará tu vida y de cómo aplicarlo para tu beneficio.
Así que, de hoy en adelante, ya no te preguntes: ¿Por Qué no logro salir adelante?, pregúntate: ¿Por qué me resulta tan fácil salir adelante? Ya no te preguntes: ¿Por Qué no puedo terminar este proyecto?, pregúntate: ¿Cómo me aseguro de terminar este proyecto? y permite la magia fluir a tu vida!
Espero verte pronto en alguno de mis eventos y poder apoyarte a lograr lo que deseas lograr. ¡Hasta pronto!